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El radiador es uno de los componentes más importantes del sistema de enfriamiento de tu automóvil. Si este falla, la temperatura del vehículo puede subir y provocar daños severos en el motor lo que conlleva reparaciones muy costosas o, en el peor de los casos, la necesidad de cambiar el motor por uno nuevo.
Importancia del radiador
EL radiador utiliza aire y líquido para reducir las temperaturas elevadas que se generan en el motor por la combustión de la gasolina y el diésel. Cuando el motor alcanza alrededor de los 97°C, el líquido refrigerante circula para absorber el calor y regresar a las celdas intercambiadores de calor del radiador.
Las celdas están en contacto con el aire frío proveniente del exterior del auto, por lo que reduce la temperatura del líquido refrigerante, el cual vuelve a circular entre el radiador y el motor a una temperatura adecuada gracias a una bomba de agua, de modo que se mantenga una temperatura adecuada mientras circula el vehículo.
Causas frecuentes de las fallas en el radiador
- Líquido refrigerante muy diluido en agua.
- Contaminantes que ingresan al sistema.
- Corrosión de piezas metálicas
- Elección de un líquido refrigerante inadecuado
Fallas comunes en el radiador
Averías en el termostato
El termostato es un tipo de válvula que controla la cantidad de líquido refrigerante que circula por el radiador, por lo que una avería o falla en el termostato puede provocar que la temperatura de funcionamiento no sea óptima y comience a sobrecalentarse rápidamente.
Fugas de líquido refrigerante
Las fugas de líquido suelen darse por mangueras deterioradas, las cuales conectan al radiador con el motor y permiten que el refrigerante fluya entre ambos componentes y cuando hay una fuga dentro del sistema de refrigeración, la temperatura se eleva rápidamente provocando sobrecalentamiento.
Aire en el sistema de refrigeración
En ocasiones puede haber burbujas de aire atrapadas en el sistema de enfriamiento, restringiendo el flujo del líquido refrigerante, reduciendo su eficacia.
Fugas en el radiador
Los radiadores pueden tener fugas más allá de las mangueras, que suelen manifestarse como vapor o burbujas de aire provenientes del radiador, así como fugas de líquido refrigerante a través de una grieta. En este caso es común observar líquido verde debajo del vehículo, y es el signo más importante por lo que debes llevar inmediatamente tu coche con el mecánico para identificar el área donde está presente la fuga para repararla o reemplazar la pieza afectada.
Averías con la bomba de agua
El sistema de enfriamiento cuenta con una bomba para hacer circular al refrigerante desde el radiador, para que ingrese por el motor y regrese nuevamente al radiador para enfriarse. Si la bomba de agua falla, el líquido ya no circula de forma adecuada y el sistema puede sobrecalentarse.
Obstrucciones del líquido refrigerante
Las obstrucciones suelen presentarse cuando ingresa algún contaminante al sistema, restringiendo el flujo de aire a través del radiador, haciendo difícil que este componente cumpla con su función de enfriar el líquido refrigerante. Una de las causas de las obstrucciones es la corrosión, ya que incluso un pedazo de óxido puede provocar que el líquido se vuelva espeso si se mezcla con el refrigerante, lo contamina y hace que no se vuelva a enfriar.
Ventilador dañado
En algunos modelos de automóviles, el radiador tiene un ventilador eléctrico para jalar el aire suficiente para mantener el automóvil fresco, sin que se sobrecaliente mientras está circulando. Por ello, cuando el vehículo se sobrecalienta en ralentí, a bajas velocidades, es probable que el problema se encuentre en el ventilador del radiador.
Golpes en el radiador
El radiador se ubica en la parte frontal del vehículo, por lo que es vulnerable ante escombros, piedras, topes y golpes por parte de otros automóviles. Este tipo de impactos pueden provocar deformaciones o fugas del radiador, que provocan el sobrecalentamiento rápidamente y el daño a los componentes.
¿Cómo cuidar el radiador?
En condiciones normales, los radiadores deben durar de ocho a diez años. Anteriormente se hacían de metal, por lo que duraban toda la vida útil del vehículo. Pero actualmente se fabrican de aluminio con plástico, materiales que se expanden y contraen ante la temperatura muy elevada, lo que puede causar fisuras.
Para alargar la vida útil del radiador y prevenir averías, lo ideal es revisarlo constantemente y cambiar el líquido refrigerante de acuerdo con las recomendaciones del fabricante.
El sobrecalentamiento en el radiador también puede afectar al motor, provocando que las piezas metálicas se contraigan, se fisuren, sean corroídas por el óxido; incluso, en ocasiones las fugas de líquido refrigerante pueden afectar al aceite de la transmisión automática, que se encuentra debajo del radiador, por lo que puede mezclarse el refrigerante con el ATF y provocar daños en la transmisión.
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