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Probablemente alguna vez has experimentado el ralentí del motor, pero no has sabido cómo explicarlo a tu mecánico. Hoy en el blog de Motores Uno te explicaremos qué es el ralentí, cuándo se produce, las posibles averías con las que se relaciona y los mitos en torno a él.

Conoce qué es el ralentí del motor

El ralentí es el régimen mínimo de revoluciones por minuto al que puede funcionar un motor sin la necesidad de ayuda externa como el pedal del acelerador. Es decir, cuando el coche está en funcionamiento, pero detenido, en punto muerto o con el pie en el embrague.

Esto significa que el coche no tiene la fuerza suficiente para circular, pero sí para moverse a una velocidad equiparable a la de una persona caminando y para mantener en funcionamiento a los sistemas importantes, como el circuito de refrigeración, de lubricación, el sistema eléctrico y la batería.

El régimen normal de revoluciones por minuto (RPM) a las que se encuentra el ralentí es de entre 700 y 900 RPM, aunque esto puede variar dependiendo del tipo de vehículo, la temperatura del motor y los sistemas conectados. Por ejemplo, los autobuses y camiones tienen un ralentí a menor RPM que un automóvil.

¿Cuándo se presenta el ralentí?

El ralentí puede presentarse por causas como la acumulación de suciedad en la válvula de ralentí, un componente electromecánico que se activa por la señal enviada por la centralita del motor, cuya función es mantener el coche encendido cuando no pisamos el acelerador. Por ejemplo, al estar detenidos en un semáforo.

El problema puede presentarse cuando hay demasiada suciedad en la válvula, hay alguna falla en las bujías, en los cables eléctricos, en la tapa del distribuidor o en las mangueras. En algunas ocasiones, las averías en la transmisión automática también provocan vibraciones o un ralentí inestable.

De no llevar el vehículo con el mecánico lo antes posible, a la larga la pérdida de potencia puede provocar graves averías en el motor.

Mitos y verdades sobre el ralentí del motor

Mito. El ralentí sirve para ahorrar combustible

Verdad. El motor al ralentí sí consume combustible, aunque es menor la cantidad que al circular a más RPM.

Mito. Después de un viaje largo hay que dejar el motor al ralentí

Verdad. Este consejo es real. Después de circular mucho tiempo, dejar el motor al ralentí por un minuto, en lo que te quitas el cinturón de seguridad, ayuda a que el motor disminuya la temperatura gradualmente y se prolongue su vida útil.

Mito. Bajar cuestas al ralentí ayuda a ahorrar gasolina

Verdad. Este es un mito que puede resultar peligroso ya que, si bien el consumo de combustible es menor al ralentí, no tendrás el freno del motor, lo que puede provocar una gran tensión en los frenos y que se sobrecalienten y pierdan su eficacia. Además, al avanzar en ralentí como el motor apagado no se tiene la servodirección para girar en caso de encontrar algún obstáculo.

Averías relacionadas con el ralentí

Si observas que tu coche presenta subidas y bajadas en las RPM de forma inusual, o que el coche se detiene de forma repentina si no aceleras o bajas la velocidad, puede ser que el ralentí esté inestable.

Asimismo, si se presentan vibraciones al conducir, petardeo al arrancar el coche o pérdida de potencia, podría tratarse del ralentí.

En otros casos, el sensor del acelerador puede estar dañado, o haber una falla en la transmisión automática. Estas dos situaciones provocan que el ralentí calcule mal el régimen de RPM y que varíe sin control o se encuentre más bajo de lo normal.

Recuerda que cualquier cambio que provoque variaciones de las RPM mientras conduces es una situación urgente que amerita llevar tu coche con el mecánico, ya que tu coche podría averiarse severamente o, peor aún, provocar que corras riesgos innecesarios.

Recomendaciones para cuidar el ralentí

Si decides dejar el coche al ralentí por un rato, procura que sea un lapso muy breve. De lo contrario, solo conseguirás calentar el motor de forma poco eficiente. Incluso, otros componentes podrían calentarse, como los neumáticos, la suspensión o la dirección.

Lo ideal sería bajar la velocidad cuando te acerques a tu casa, o al lugar que vas a llegar después de un largo viaje. Y, por las mañanas en vez de dejar el motor al ralentí para que se caliente, conducir despacio unos minutos para tener un óptimo funcionamiento. Únicamente si llevas mucho tiempo sin usar el vehículo o la temperatura ambiental es muy baja se recomienda alargar un poco el ralentí.

Por último, antes de pisar el acelerador a fondo, te recomendamos esperar a que el motor alcance su temperatura óptima. Sin embargo, es importante que no circules más allá del rango de RPM recomendado para tu vehículo, que suele ser de menos de 2000 RPM.

Recuerda que los buenos hábitos de conducción le aseguran una larga vida útil a tu vehículo y a sus componentes, especialmente al motor para que tenga un rendimiento óptimo.

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